Hola, hola.
Sé que tengo el blog un poco abandonado pero hay razones para ello.
Parece imposible conseguir un trabajo en Nueva Zelanda sin un visado para trabajar o la residencia y no se puede tener un visado para trabajar o una residencia sin un trabajo... Conclusión directa, como habrás imaginado, no tenemos trabajo. Así que hemos decidido que nos marchamos. Aunque parezca difícil de creer sale más barato darse un buen viaje por el sudeste asiático durante 4 meses que estar en Nueva Zelanda quietito en casa con las manos en los bolsillos.
Llevamos la última semana metidos entre billetes de avión, páginas de consulados, condiciones de visados y la embajada de Vietnam... ay, la embajada de Vietnam. Parece que poco a poco todo va cuadrando y que tenemos medio organizado el viaje. Si no pasa nada raro el día 6 de marzo estaremos aterrizando en Milán. Y después... después ya veremos.
Obviamente no nos vamos a marchar de Nueva Zelanda sin conocerla un poco. Pasado mañana vienen mi hermano y su señora y nos unimos a ellos para hacer una pequeña expedición por la Isla Sur.
Se me acumulan un montón de cosas que contar, pero no encuentro el momento para ponerme, estoy dedicando todos mis esfuerzos mentales a planificar esta epopeya de manera que no tengan posibilidad de deportarnos... y no es fácil. ¡Yo maldigo a los visados y sus letras pequeñas!
Espero estar por aquí prontito.
¡Nos leemos!
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